The Last Days:Diario de un Recuerdo - Capitulo 10-

21 de octubre 2038
5:15 p.m.

Elizabeth miraba con cautela su alrededor, el sillón realmente era cómodo y el clima interior no era tan infernal como haya afuera. De alguna forma se sentía tranquila.
-Linda casa, ¿vives solo?- preguntó ella.
-Vivo con mi mama, pero ella recién entro a trabajar, así que en las tardes, se puede decir que vivo solo.-

Elizabeth dejo caer su cabeza sobre el soporte del sillón, mirando al techo. -¿Cuántos en tu familia son?- Él se aguantó la risa, respiro por un momento y se acercó.

-Es chistosa la pregunta…-dijo él.- ¿Te digo un secreto?-Elizabeth asentó con la cabeza.-Mi nombre es Tobías, Kaede es mi apellido. Pero me gusta que me digan Kaede, por mi padre. Es su apellido, que por cierto, murió en un accidente automovilístico. Y… Tengo una hermana, mayor si te preguntas. Por desgracia se separó de nosotros desde hace mucho tiempo, justo meses después de lo sucedido.-dijo ya un poco desanimado.

-lo lamento.-
-no, no te preocupes, ya ha pasado mucho, no es nada.- Kaede se sentó a su lado.-ah... casi se me olvidaba… ¿Qué edad tienes?-
-16… el próximo año cumpliré los 17.-
-¿Espera, y así decidiste atacarme?-
-Si… y te gane…-Elizabeth empezó a reírse después de ver el rostro de desacuerdo de Kaede.
-y… ¿Vas a alguna escuela? O ¿tienes clases personales?-

Elizabeth se quitó el suéter y su cabello se extendió por su espalda.
-Ni uno ni otro…-
-ah ya veo…- Pasaron dos segundos y reaccionó.- Espera… ¿entonces no tienes ningún estudio? Mejor dicho ¿Qué haces?-

-ja… fácil, terminar un doctorado, me graduó el siguiente mes.- dijo ella emocionada haciendo con sus dos manos el símbolo de “amor y paz”.
-¡Eso es imposible!-
-no para mi…-
-pero, pero… ¿Cómo?-
-Te dije que mis padres son dueños de una empresa. ¿No? Son dueños porque ellos y otro científico crearon las celdas fotovoltaicas de mayor poder en todo el mundo, ¿no crees que le hayan enseñado a su hija algo de su conocimiento?-
-bueno… tiene lógica.-

Elizabeth siguió haciendo su gesto por al menos 5 minutos, hasta que el timbre de la casa sonó.

Era Arietty, traía una bolsa pequeña donde venía su libro, Kaede abrió la puerta para que entrara, en el momento que vio a su amiga, se encontraba muy nerviosa, alzó la mano a la altura de los hombros para decir hola.- Que suerte que encontré tu casa a la primera, no sabía exactamente donde era.-

Ella entro y en el primer instante vio a Elizabeth.
-Eh… ¿Y ella quién es? ¿Tú hermana? No me habías contado…-
-No, ella es…-Kaede intentaba aclarar pero Elizabeth interrumpió
-Soy una vieja conocida de la mama de él.-

-este sí, sí, lo que ella dijo, es una vieja amiga.-Kaede afirmaba.- eso es lo de menos… Te llame para que le ayudes. Ella es Elizabeth… Elizabeth, Arietty… Arietty, Elizabeth.-agregó él.

-Mucho gusto.- se saludaron al mismo tiempo.

-¿Qué clase de ayuda?-
-¿Trajiste el libro de aquella vez?-dijo él.

Arietty saco de su bolso el libro, y se lo dio a Kaede. Los tres se sentaron en el sillón, él estaba concentrado en lo que decía el contenido, mientras que las dos chicas observaban a su alrededor.
-¡Aquí!-dijo entusiasmado.-El autor del diario escribió sobre personas que lo perseguían por tener la moneda, los llamaba “Nummus-fur”.-
-¿Cómo?- preguntó Elizabeth.
-dice aquí, que estos ladrones casi lo mataban por la moneda… Si esto es cierto, tengo la teoría que estas personas son de un grupo extremista. Supongo que ya sabes quienes se llevaron a tu hermano.-

Elizabeth quedo muda por un momento.- Creo que tienes razón.- dijo desanimada.- ¿será posible que puedas prestarme tu libro?-
Arietty no sabía que decir, estaba indecisa si prestarle lo que más quería a una persona desconocida, o negarse y quedar mal con su nueva amistad.
-Por favor, por favor… quiero conocer.-
-tengo muchas dudas de ti, no te conozco…-Arietty miro a Kaede y dijo.- Pero pareces ser de mucha confianza con Kaede, creo que solo por eso. Te lo prestare por hoy… mañana vendré a traerlo.-
-está bien… - dijo Elizabeth.

Paso un rato, el cielo se estaba oscureciendo y Arietty estaba en la puerta principal, se estaba despidiendo de Kaede.
-Te tengo una pregunta.-murmuro ella.- ¿Cómo supo ella todo este rollo de las monedas? Pensé que solo yo tenía pistas de su existencia.-
-No lo sé…- dijo el mientras miraba a Elizabeth sobre el sillón.- Pero buscamos lo mismo, así que por ahora nos ayudaremos mutuamente.-